3. La sorpresa del plagio
Conforme iba avanzado en mi manuscrito –Pero… ¿tiene el Perú salvación– enviaba los capítulos terminados a cinco intelectuales amigos. Uno de los receptores fue Alfredo Bryce que pasaba una temporada en Lima. Los otros fueron el Dr. Alfredo Tapia García también en Lima, el Dr. Juan Luis Conde y el señor Fernando Navarrete Curbelo ambos en Madrid y el ingeniero Alberto Perales en Georgia, EEUU.
Sin haberme anticipado sus intenciones, Alfredo Bryce publicó el 25 de junio de 2006, en el diario –El Comercio– de Perú un artículo a toda página titulado –La educación en ruinas– cuyo texto fue plagiado del manuscrito que le envié.. En dicha publicación Bryce no hizo ninguna referencia a mi autoría.
El artículo de ABE fue inmediatamente muy bien acogido por la crítica. Varios intelectuales limeños apresuraron a elogiarlo en sendos artículos periodísticos, entre ellos el propio Ministro de Educación Javier Sota Nadal(1).
El mismo día de la aparición del artículo de Bryce, fui alertado desde Lima por el Dr. Alfredo Tapia García, quien también había recibido una copia del manuscrito.
Mi reacción fue de perplejidad al comienzo y de indignación después. Nunca imaginé que mi amigo íntimo tuviera el desparpajo de plagiarme. Esto se agravó luego de ponerme contacto con él y encontrase evasivas para que escribiese a –El Comercio– reconociendo el uso indebido del manuscrito.
Había dos razones para exigirle una rectificación inmediata: uno, reclamar mi derecho de autor. Dos, evitar que cuando saliera mi libro, planeado para octubre de ese año, hubiese un texto que pareciese plagio del artículo de Bryce.
Los días siguientes hubo un intercambio de correos () que fueron infructuosos e inútiles. Le propuse un texto de rectificación () que ABE no tomó en cuenta y publicó una nota en –El Comercio– el 29 de junio () que consideré engañosa, insatisfactoria e insuficiente.
Ante este hecho, envié a –El Comercio– una carta aclaratoria que, después de ciertas renuencias por parte del periódico, se publicó el 6 de julio de 2006. ()
Días después ABE envió a los medios de comunicación una respuesta a mi carta en la que no solo negó enfáticamente el plagio sino que me calumnia con un increíble descaro. Dice: "Francamente creo que quien hoy me difama sufre de algún extraño complejo que lo lleva a intentar clavarle un puñal en la espalda a quienes dicen son sus mejores amigos. Así, en 1998, publicó una obra infame contra Mario Vargas Llosa …..". Esta falsa acusación refleja de cuerpo entero la catadura moral y el desprecio olímpico que tiene ABE por la verdad. Como se ha visto más arriba, al leer el manuscrito fue el mismo Bryce quien me felicitó y contribuyó dando mayores datos al texto de –Vargas Llosa tal cual–.
En vista de lo anterior decidí denunciar este plagio ante las autoridades competentes.
Al ser el primer plagio descubierto a Bryce, un escritor hasta entonces reconocido y mimado por el público limeño, la reacción de los medios de comunicación fue, salvo honrosas excepciones(2), bastante tibia cuando no abiertamente escéptica llegando en algunos casos a atacar al denunciante.
1. Luego del escándalo el ministro Javier Sota Nadal, como muestra de apoyo, presentó en octubre de ese año 2006 el libro –Pero… ¿tiene el Perú salvación?– en el Centro Cultural de España en Lima. Ver detalle
2. Entre ellos Fernando Vivas, César Hildebrandt y periodistas de Perú21 dirigido por Augusto Álvarez Rodrich.
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